martes, 10 de abril de 2018

Rameau - el « late-bloomer » esencial


Rameau - el « late-bloomer » esencial


En el mundo de la música clásica, estamos un poco obsesionados con los niños prodigio, con historias de Mozart ya compuso una ópera a los 11 años, que Bizet, Rossini y Bellini tuvieron ya sus primeros éxitos antes de tener 20 años y que los virtuosos Liszt, Chopin y Paganini aparentemente nacieron con la técnica para interpretar los instrumentos respectivos… Si bien todos esos logros son indudablemente admirables, tengo la certeza de que existe un concepto que necesitamos apreciar aún más en este tiempo, dónde la feroz competencia profesional y académica nos presiona a no sólo ser los mejores, sino también, los primeros; el concepto del “late-bloomer”.

Este concepto es aplicado en primera instancia para describir a las flores de floración tardía: plantas que desarrollan flores más tarde en el año como una estrategia biológica de aumentar las probabilidades de ser fecundadas por los insectos que escasean de alimento, una vez que la gran mayoría de especies de plantas a completado su proceso de floración, evitando así la competencia. Pero… ¿qué tienen que ver las flores otoñales con la música clásica?
La respuesta está en la segunda instancia en la que se usa el término “late-bloomer”, designado para las personas cuyos talentos y capacidades son exploradas y reconocidas “más tarde” de lo usual. Pero más que el reconocimiento, que incluso a veces a llegado solo después de la muerte, como en el caso de Bach, es el empeño a la exploración de estas habilidades.

Existen varios ejemplos en la música clásica: Anton Bruckner, uno de los sinfonistas más importantes del romanticismo, empezó a componer a los 40. Iannis Xenakis empezó el conservatorio después de los 30 y Leos Janacek compuso óperas a partir de sus 50 años.
 Pero el ejemplo que más ha resonado en mí es el de Jean Philippe Rameau. Nacido dos años antes que Handel y Bach, apenas estrenó su primera ópera el mismo año que Bach estrenó su indudable obra maestra, la misa en Si menor y Handel entrara en el clímax de su carrera operística con su trigésima primer ópera Orlando.  Pero Rameau no entró tímidamente al mundo de la lírica, sino que triunfó ante un público desconcertado y dejó a Paris en controversia entre los fanáticos del arte de antiguo de Lully y los defensores de la originalidad musical de Rameau.


Trio De Parques - Hyppolite et Aricie

La primera ópera, Hyppolite et Aricie, estrenada poco antes que Rameau cumpla 50 años. Musicalmente audaz e inventiva, se estrenó dividiendo a los parisinos en 2, los que se resistían a la modernidad de su música y los que lo alababan. Otro compositor, André Campra dijo al respecto:
 "Hay suficiente música en esta ópera para hacer otras diez; este hombre nos eclipsará a todos"
Si bien esta ópera no se ha mantenido fija en el repertorio, Hyppolite et Aricie puso a Rameau como figura central de la música francesa y la reputación del complicado “trio de las Parcas” se mantuvo hasta finales del siglo XX.

Jean Philippe Rameau, ha tenido una vida muy poco documentada. Se sabe que partió brevemente a Italia a los 18 años, y hasta sus 40 tuvo una vida de mudanzas constantes, de trabajos de organista en distintas iglesias, que hubiera sido su principal trabajo hasta que se dedicó enteramente a la composición. Cabe mencionar que había ya dejado para entonces libros de tratados de armonía y de piezas para el clavecín, obras que fueron construyendo su imagen de erudito de la música.



Suite Gavotte Variacion y 6 dobles
Durante los siguientes 7 años, Rameau cosechó éxitos, tanto con sus tragedias líricas, como con sus óperas ballets. Las tragedias líricas seguían muy de cerca el estilo operístico propuesto por Lully, 5 actos, un libreto basado en tragedias clásicas griegas con texto de los poetas más apreciados por la época.

Castor et Pollux
En cambio, Las ópera-ballet estaban destinadas a una forma de entretenimiento dedicada a los placeres de la corte de Luis XV, donde la maquinaria, el baile y la comedia eran la parte central de la representación. Sin embargo, es fundamental resaltar el valor de Las Indias Galantes, quizás la ópera más representada de Rameau, como una importante obra artística en el reconocimiento de las culturas de las “Indias” y el trato respetuoso de sus pobladores, en contraste a la realidad del siglo XXVII.


Les Indes Galantes- Les Incas de Peroù

Luego de 7 años de silencio, Rameau retomó su carrera operística, presentando La princesa navarra con un libreto de Voltaire. Pero fue su ópera cómica Platée la que se ha mantenido más fresca en el repertorio. La ópera fue compuesta para las celebraciones del Delfín Luis con la princesa Maria Teresa de España. Se rumorea que el personaje de Platea, es una burla a la fealdad de la princesa española. La escena más conocida es, sin embargo, la intervención esporádica de la “locura” que advierte a Platea la burla que va a sufrir, con una frenética aria.


Platée - Aria de la locura
El enfoque científico y filosófico de Rameau hacia la música, le llevó a ser muy activo en la vida intelectual de Paris. Hasta que, con el estreno de una ópera bufa italiana, nuevamente se encontró en medio de una controversia, la querella de los bufones, entre quienes creían que la ópera francesa se había quedado aislada de los avances melódicos italianos, y los que defendían el arte francés como oposición a los dictados de la música italiana. Ya con más de 70 años, Rameau quedó fiel a sus ideales de música, y no encontró rival en vida a su dominio de la escena musical parisina.


Les Boréades
Ya al final de su vida, su música estaba considerada como anticuada, pero conservó el puesto de compositor oficial de la corte y el prestigio de un genio de creatividad inagotable. Su última ópera, “les boréades”, la compuso con más de 80 años y no fue estrenada hasta 1982, más de dos siglos más tarde. Afortunadamente, el redescubrimiento de la música barroca en los últimos años nos permite conocer a este olvidado genio “late-bloomer” para recordarnos que más vale es empezar más tarde que nunca.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Tchaikovsky y el amor traducido en música

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escuché el lago de los cisnes de Tchaikovsky de principio a fin. Desde que descubrí esta partitura en mi adolescencia, he quedado fascinado por el carisma de sus danzas, la originalidad de la orquestación, y aún más, por el sentido trágico de la narración sinfónica. El fin de semana me inundaron las ganas de escucharla nuevamente y aproveché la mañana del domingo para perderme con esas melodías que conozco, aún, de memoria.
El lago de los cisnes es una de las obras más reconocidas y reconocibles del compositor, siendo el vals, la danza de los pequeños cisnes y el “leitmotiv” o tema del cisne: canciones que están ya fijadas en la conciencia colectiva. Sin embargo, más allá de la popularidad de la obra, la música del lago de los cisnes refleja de manera narrativa la tragedia de un amor prohibido y la fragilidad de un amor idealizado, conceptos bastante comunes en las partituras de Tchaikovsky, que resuenan muy íntimamente en la sensibilidad de cada uno de los oyentes.




Quizás el ejemplo más representativo de tragedia en música programática está en la obra que catapultó la popularidad del compositor en Rusia en 1869, la obertura-fantasía Romeo y Julieta. No creo que exista hoy en día alguien que no esté familiarizado con el argumento de la obra Shakespeariana, pero pocos conocen la tragedia detrás de la composición de esta obra. Tchaikovsky era al momento profesor en el conservatorio de Moscú, tras el recibimiento aprobatorio de su obertura Destino, que es otro tema recurrente en las obras tchaikovskianas, el compositor Mili Balakirev lo alentó para componer una obertura sobre la tragedia de Shakespeare. La estructura de la obertura alterna tres temas principales: la reflexión de Fray Lorenzo, la rivalidad de los Capuletos y Montescos y finalmente, el tema de amor. De carácter programático, es fácil sumergirse en la historia al escuchar esta obra, pero es inimitable el efecto orgásmico del clímax del tema de amor. Al tiempo de la composición de esta obra, Tchaikovsky mantenía una relación secreta con un estudiante suyo, Eduard Sack. La obertura es un poema de amor para él, quien fuera, admitió Tchaikovksy años más tarde, a quien más ha amado. Lamentablemente el paralelismo del amor secreto también coincidió con un final trágico. Sack se quitó la vida 4 años más tarde, dejando un tormentoso sentimiento de culpabilidad en Tchaikovsky que no lo dejaría jamás.


Los temas de amor trágico y destino aparecen una y otra vez en las obras de Tchaikovsky, guardando siempre un estrecho vínculo con eventos de su propia vida. La obertura Hamlet, la ópera Pikovaya dama y en especial la obertura Francesca di Rimini, basada en un pasaje de la Divina Comedia de Dante, son magníficos exponentes de la fórmula tchaikovskiana. La obertura ulterior nos introduce en los fuegos perpetuos del infierno, donde Dante encuentra a Francesca, quien narra cómo fue condenada al infierno por su amor adúltero. Al igual que Romeo y Julieta, los temas contrastantes dan fuerza al momento climático, discutiblemente, de manera aún más acertada que en otras obras.


En cuanto al paralelismo en la biografía del compositor vinculada a sus obras, el ejemplo más relevante ocurrió años más tarde, durante la composición de la ópera Eugenio Oneguin. En el primer acto, Tatyana, consumida en una pasión desbordante, escribe una carta a Oneguin, a quien acaba de conocer, pero que reconoce como aquél que el destino ha prometido. En una de las escenas más íntimas de la historia de la ópera, el efecto magnético de la música y las acertadas confesiones de Tatyana, nos permiten revisitar esos momentos de descubrimiento del amor, del entusiasmo ciego por una persona completamente idealizada, que alguna vez, nos hizo perder la cabeza. Poco antes de estrenarse la ópera, el mismo compositor recibió una carta, una confesión apasionada de amor. La carta venía de una antigua alumna suya, Antonina Miliukova. Ferviente creyente del destino, Tchaikovsky aceptó la carta como una señal para finalmente casarse, y acallar los acertados rumores de su homosexualidad. No cabe duda de que el matrimonio fue un desastre, y que solo dos meses más tarde se separaron para siempre.


Luego, Tchaikovsky realizó varios viajes para recuperarse del fallido matrimonio. Fue poco después que compuso una de sus obras cumbres, el concierto para violín y orquesta. Inspirado por la sinfonía española de Eduardo Lalo recientemente estrenada, y por el reencuentro con el violinista Iosif Kotek, a quién dedicó un vals-scherzo poco antes de comenzar la composición del concierto y con quién comenzó un nuevo romance. En palabras de un amigo mío, el primer movimiento del concierto se siente exactamente como cuando se está enamorado. Quizás haya llegado hacer Tchaikovsky, finalmente, la paz con sus sentimientos, y tan solo dejarlos fluir sin excusas ni pretensiones, pero en tan solo 5 días el primer movimiento estaba terminado.

Por muchos años ha sido Tchaikovsky para mi, un refugio seguro para explorar sentimientos a los cuáles no podía enfrentar directamente. Pero nunca he disfrutado tanto de Tchaikovsky como ahora, una vez que he podido confirmar que éstas obras son pura y llanamente amor traducido, confirmado al estar enamorado yo mismo, sin excusas ni pretensiones.                       .




jueves, 2 de febrero de 2017

BioFicha 1: Monteverdi

¿Qué deberíamos saber de Claudio Monteverdi?


Nacido en 1597, Claudio Monteverdi ha sido uno de los compositores más prodigiosos del barroco temprano, y  está coronado para muchos como el "Padre de la ópera".  Pero siento que no le damos a Monteverdi el lugar que merece en el firmamento de compositores y me urge invitarlos a enterarse un poco más...


¿Es entonces el padre de la ópera?

Pues, literalmente no... Se considera que la primera ópera de la historia fue "Dafne" de Jacopo Peri, estrenada en 1598 y lamentablemente perdida. La primera ópera de Monteverdi, la fábula de Orfeo, se estrenó en 1607, pero "Orfeo" es sin duda la primera ópera con el carisma suficiente para marcar un "antes" y un "después" en la historia de la música, La fábula de Orfeo es una obra colosal, fundamental en cualquier exploración de la música barroca y si me atrevo, primer eslabón en la evolución de la música barroca.


¿Qué tiene de especial la fábula de Orfeo?

Ésta ópera, no fue para nada la primera composición de Monteverdi. Él dominaba dos mundos musicales aparentemente antagonistas: El sacro y el profano. La música sacra o en términos monteverdianos,  la "prima prattica" alcanzó un punto culminante en el renacimiento, sobretodo en el uso de la armonía con la música polifónica coral sin acompañamientos, . La música profana, heredada de las tradiciones medievales de los trovadores, se apoyaba en la melodía y el contrapunto del instrumento acompañante.



Fue la maestría con la que presentó todos éstos elementos juntos que revolucionaron la música, estableciendo a Orfeo como primer peldaño en la evolución operística. Pero la obra de Monteverdi es también un eje central para la ópera, partiendo de su concepto de que la música está "en servicio" del texto. Veremos más adelante cómo otras revoluciones musicales se dieron gracias al regreso a éste "eje", donde la ópera deja de ser un espectáculo obsesionado con los cantantes y se vuelve a centrar en  la parte dramática (si, también necesitamos revisar ésto en la música moderna).

Pero además, fue su tragedia personal que ha inspirado ésta obra. Orfeo es un semi-dios que pierde a su esposa por la mordida fatal de una serpiente. Decidido a traerla de vuelta, baja a los infiernos para rescatarla, armado sólo con su lira y sus palabras para conmover a quienes se opongan a sus súplicas. El mismo año que se estrenó la ópera, enviudó Monteverdi, elevando la obra a la más entrañable  comprensión del dolor de tal pérdida, y traduciendo en lamentos íntimos y sinceros:


¿La música en servicio del texto?

Toda la música de Monteverdi está acompañada de textos exquisitos y de alta calidad, lujo que no siempre ha acompañado a otros grandes compositores. Más claramente se puede observar ésta simbiosis en los lamentos, que son también protagonistas de sus óperas y madrigales.  De al menos 18 óperas, solo sobreviven tres en su totalidad, de la segunda ópera de Monteverdi, sólo se conoce éste lamento, quizás el más logrado, con sus arrebatos de ira y pena profunda, Ariadna se lamenta después de ser abandonada por Teseo en una isla:




 Me cabe resaltar la genialidad del libreto de Busenello de la última ópera de Monteverdi, "L'incoronazione di Poppea", que explora irreverentemente los contrastes entre la moralidad de Seneca a la sensusualidad de Poppea, pasando por la comedia irónica y la denuncia social hacia las clases menos privilegiadas y el estatus de las mujeres... Ciertamente, volveré a ésto en otra ocasión.




¿Algo más fuera de la ópera?

Bueno, como un ferviente amante  de la ópera, sin duda mi entendimiento es más amplio en éste ámbito. En todo caso, la creación de Monteverdi esta focalizada en la música vocal, alejándose cada vez más de la tradición renacentista. 

Dos obras marcan su contribución a la música sacra, "Las vísperas de la Virgen Beata" y la "Selva moral y espiritual", ambas compilaciones de himnos y cantos sacros, originales y novedosos.




En cuanto a la música profana, también fue alejándose de los estilos renacentistas, y afirmando el dominio del bajo continuo como característica fundamental del barroco. Con 10 libros, está bien documentado el paso de éste estilo renacentista basado en la expresión de poemas a varias voces hacia su desaparición, para abrir paso a la ópera y la cantata. Entre sus últimos madrigales, "Il combattimento di Tancredi e Clorinda" y "el lamento de la ninfa" destacan como obras dramáticas en una escena.




viernes, 27 de enero de 2017

Händel como terapia # 3


Contemplando la naturaleza...

Más allá del hecho de sacar una foto a un lindo paisaje al atardecer con la cámara del celular para compartir en alguna red social, la contemplación de la naturaleza es una actividad profunda y reflexiva, que ha sido incluso uno de los puntos fuertes del pensamiento romántico del siglo XIX, caracterizado por el estado anímico del poeta traducido en los paisajes que describía. 
No pretendo entrar a las profundidades del pensamiento romántico sobre la naturaleza... pero si compartir una frase de F. Schelling que encontré en otro blog (dejo el enlace La naturaleza y el romanticismo para quien quiera explorar más el tema):


"...Aquel a quien la naturaleza se le aparece como algo muerto, en general jamás podrá alcanzar aquel profundo proceso, semejante al químico, gracias al cual, como acrisolado en el fuego, nace el oro puro de la belleza y la verdad."
F. Schelling

Vista de Morochata, Cochabamba (J. Bustamante)

Händel, al igual que otros grandes de su tiempo, fue un pionero en cuanto a la interiorización de la naturaleza como un estado anímico. Vivaldi por ejemplo, había descrito los sonidos de la naturaleza en su eternamente gloriosa obra "Las cuatro estaciones" para gran efecto. Para Händel, la calma del espíritu se encontrará como un riachuelo tranquilo, o con alegres pájaros revoloteando, pero también, la contemplación pura llevará a un proceso reflexivo y concientizador.

1: Preciosa calma (Xerxes HWV 40 & Atalanta HWV 35)

No hay duda que el "largo" de Händel es una de sus más inspiradas y relevantes arias., que antes Cavalli había también utilizado el mismo libreto con muy lograda inspiración. Ni bien comenzada la ópera, encontramos al emperador Xerxes, disfrutando de la calma que sólo halla bajo la sombra de su árbol favorito:


 En la calma inspiradora antes de la tormenta, claramente habla Xerxes sobre el árbol como de si mismo, se ve reflejado en su grandeza, pero también en su vulnerabilidad:
"Que truenos, relámpagos y tempestades
no turben vuestra preciosa calma,

ni os profane el viento del sur."
Xerxes es un personaje irascible y temperamental, que por celos y los usuales malentendidos de la opera seria, condena a muerte a unos cuantos... pero éste árbol simboliza el lado reflexivo y humilde del emperador, que resurge sólo al final de la ópera, para disculparse  de sus acciones.

De manera muy similar, la ópera Atalanta abre con un aria honrando la paz que traen al rey Meleagro sus amados bosques:
Pero a diferencia de Xerxes, éste rey decide disfrazarse de pastor para huir de las presiones del estado, el contraste de su estrés cotidiano, un escape la vida "simple".

2: El canto de los pájaros (Rinaldo HWV & l'allegro, il penseroso e il moderato HWV 55)

La autora Donna León ha dedicado un libro a 12 arias de Händel donde descubre la simbología tras las "bestias" que protagonizan las arias de Händel en "Händel's bestiary". Sin duda es recurrente el uso de éstos como metáforas para distintos estados anímicos, como tigres para determinación y triunfo, mariposas y palomas para amor o la serpiente para venganza, pero aparte del uso metafórico, que espero poder explorar en otra ocasión, encontramos dos momentos de contemplación al canto de los pájaros. El primero en Rinaldo, cuando Almirena espera ansiosa la llegada de su esposo, siente el canto de los pájaros como una promesa de felicidad:
"¡Pájaros cantores, dulces brisas, deliciosos aires en torno a mí, decidme! ¿dónde está mi bien? "
El oratorio "El alegre, el pensativo y el moderado" es un diálogo filosófico que contrasta en sus tres partes las éstas  actitudes  hacia la vida, basándose en poemas de John Milton y Charles Jennens. Narra el pensativo, o mejor dicho el contemplativo, cómo en la melancolía del ocaso, un ave crea una nueva canción cada noche, para el deleite del "pensativo" que es el único que lo busca para conmoverse hasta lo más avanzado de la noche:


3: Albergue de horrores (Cantata Alpestre monte HWV 81)

Las cantantas son básicamente óperas en un acto, pueden intervenir uno, dos o varios personajes, y en general se desarrollan sobre un solo tema. Bach por ejemplo, escribió una cantata acerca de la adicción al café, y junto a sus "pasiones", las cantatas de Bach son lo más cercano a una ópera que llegó a escribir. 

En el caso de "Alpestre monte", es un amante decepcionado que se entrega a los horrores de las fieras en la oscuridad de una selva:


El constante tono dramático y fatalista de toda la cantata es a la vez reflexiva y catártica:


"Se bien que el horror que encierras
es imagen de mi corazón,
es una idea de mi pensamiento,
al igual que en este paradero,
también en mi corazón hay oscuridad,
horripilantes larvas y fieras"
 Un ejemplo claro de una concepción romántica de la naturaleza como reflejo del alma, pero sigamos con ejemplos más optimistas.

4: Reflejantes y corrientes aguas (Susanna HWV 66 & Cantata Olinto Pastore arcade HWV 143)

Susanna es un oratorio dramático, con un controversial tema sobre difamación y adulterio. Trata de dos ancianos lujuriosos que acusan a la leal Susanna de haber engañado a su esposo en su ausencia, en venganza por haber rechazado los avances de estos. En el último momento de paz de Susanna, quién separada de su esposo, se recluye a un riachuelo para disipar sus pensamientos:


Susanna contempla el correr del agua y su frescura, reflejada en el uso de los violines acompañando la melodía calma, que va a contrastar con los eventos que se avecinan. El efecto fluyente de la música está muy bien logrado, que fluyen también las penas con él.
"¿y tú?, mi bien amado,
por quien fluyen mis penares, 
¿cuándo contaré con tu presencia,
para  desvanecer cada aflicción?
"Olinto pastore arcade" es una cantata pastoral, es decir, una obra centrada en la vida campestre, donde ninfas, pastores, dioses y alguno que otro monstruo interactuan. Explorar estas cantatas facilitan el buen humor. El pastor Olinto admira el esplendor del río Tebro, antes de entablarse en un diálogo con el río Tebro:



5: La armonía nocturna (Semele HWV 58 )

Semele es un oratorio con un libreto enteramente representable, por lo que se presenta cómo una ópera, y ha sabida conquistar las salas de concierto con una mezcla fresca y ligera de comedia-trágica e inundada de sensualidad.
Semele es una princesa caprichosa y ensimismada, rasgos que la traicionan eventualmente hasta su ruina. Su hermana Ino, aparece en la ópera como un contraste reflexivo y melancólico de Semele:


"Pero escucha, la esfera celestial gira, y el silencio está ahora ahogadoen un éxtasis de sonido. Mira como de repente, el aire está encantado ¡como si toda armonía estuviese exaltada! Y las almas transportadas,y todo alternara entre el frío y el calor." 
En una deliciosa descripción de una noche de luna llena, Ino devuelve la calma a su hermana quien se le une para clamar una bendición a toda la tierra, que es replicada luego por un coro celestial.

6: La sabia contemplación (Solomon HWV 67 & l'allegro il penseroso e il moderato HWV 55 )

Ahora propongo una pequeña pausa en el viaje musical contemplativo, pero sólo para profundizar más filosóficamente la acción misma de "contemplar" y su finalidad. Incluso para profundizar la "verdadera" contemplación encontré dos ejemplos perfectos en dos oratorios de Händel, aparentemente opuestos en cuanto a visión sobre la "contemplación de la naturaleza" en sí; pero a mi parecer, son dos ideas complementarias, y narradas con sabiduría.

La sabiduría del Rey Salomón es de gran fama, y no es de extrañar que sea uno de los puntos notables de éste oratorio. La obra está repleta de pasajes sobre humildad y la búsqueda de la verdad. En el primer acto, luego de terminarse de construir el famoso Templo, Salomón resuelve en contemplar la grandiosidad de la creación de Dios:

Con mucha humildad, Salomón agradece a Jehová las bendiciones que han permietido la construcción del templo, pero reflexiona luego sobre la maravilla incomparable de la naturaleza.
"¿Qué importa conocer las hierbas y flores
que beben del rocío de la mañana
si no reconozco el poder de Jehová?
¡Vana sería toda mi ciencia!"
La reflexión de la reflexión, también la encontramos en "el alegro, el pensativo y el moderado" con una exploración sobre el gozo, la melancolía y la sabiduría. Pero es sobretodo el moderado, quien llega a validar la sabiduría de un buen equilibrio entre alegría espontánea y contemplación reflexiva a partir de un prevalecer del intelecto, re-formulando un texto escrito por el mismo Shakespeare en su obra "La tempestad", tenemos la declaración concluyente del moderado en forma de un dúo hipnótico:


"Al igual que la mañana roba la oscuridad de la noche,
la verdad disuelve el encanto de los caprichos, 
y victoriosa la razón disipa los humos de la mente,
restaurando al día intelectual."
La contemplación de la naturaleza es un proceso a la vez intelectual y subjetivo: el mismo hecho de comparar la luz del alba disipando la noche oscura con la razón triunfante sobre la ignorancia, denota una comprensión más profunda por parte del poeta sobre los fenómenos naturales, para validar su rol en la vida intelectual. Y por otro lado, el reconocimiento de la perfección y la belleza de la naturaleza como obra "divina" van a servirnos para (re-) caer en cuenta que somos nada más que una parte de ella; y no me refiero necesariamente a "divino" en el sentido creacionista estricto, sino por la inexplicable complejidad de sus procesos, interacciones y formas. Recuperar, en fin, un poco de humildad en nuestro constante orgullo humano de superioridad.

7: la naturaleza perdida (Alcina HWV 34)

Una divertida anécdota acompaña la siguiente aria. El gran solista Carestini se negó a cantar ésta aria poco antes del estreno de Alcina, alegando que no era lo suficientemente exigente para sus capacidades vocales, que llevó a un furioso Handel a aparecerse en la casa del cantante para amenazar con despedirlo añadiendo que sólo "él" sabía mejor que el mismo cantante lo que era lo mejor para su voz. Irónicamente para el cantante, ésta misma canción fue el gran "hit" de la ópera, con el público pidiendo repetidamente que la vuelva a cantar...

Händel hizo bien en no hacer caso a los caprichos de un cantante, pues ésta aria podría convertirse en un himno para quienes profesamos la conservación del medio ambiente. Ruggiero ha roto el hechizo de Alcina, y sabe que su furia será desatada súbitamente. Contempla por última vez la belleza del paisaje:
Una melodía conmovedora, que ha despertado tanta fascinación a los londinenses del siglo XVIII, ojalá pueda seguir conmoviendo a tantos en un mundo donde no damos valor necesario a la naturaleza, en vísperas de tantos desastres ambientales, un llamado a la conciencia, un llamado a la reflexión...
"¡Pronto toda belleza desaparecerá!
 Perderán su color los prados, los bosques,
 y todo en ellos retornará
al horror ancestral


domingo, 22 de enero de 2017

Händel como terapia # 2






Remordimientos y angustias



1. Pensamientos que atormentan (Agrippina HWV 6)


Agrippina es la ópera que catapultó a Händel al estrellato internacional, con 29 representaciones sucesivas en Venecia cuando se estrenó. El personaje principal mueve cielo y mar para poner a su hijo al trono, aún cuándo todo aparenta ir según su plan, se enfrenta con una angustia terrible, quizás también culpa, por la violencia con la que golpean los instrumentos de cuerda:




Sin importar las motivaciones de Agrippina, es evidente que una angustia profunda acompañada por el oboe la acompaña en este momento, y la naturaleza de sus pensamientos la carcomen, y fuera de si, pide socorro a los cielos.


2) El tiempo voraz (Il trionfo del tempo e del disinganno HWV 46)



Un enfoque más filosófico sobre la verdadera belleza y la banalidad del placer se tratan en el oratorio “El triunfo del tiempo y del desengaño”, que Händel compuso a sus 23 años al inicio de su estadía en Italia. Así que el Tiempo y el Desengaño intentan desenmascarar las intenciones fugaces del Placer. La Belleza, primero vanidosa y enfocada en su apariencia, se da cuenta finalmente que el tiempo no perdona a nadie, creando en ella un conflicto:



El conflicto está representado en el contraste de la parte A del aria, con los violines agitados y el bajo continuo dando cuerda a una fuga incesante acompañan al texto:

“Un pensamiento enemigo de la paz
hizo voraz al voluble Tiempo,
y con alas la guadaña le dio. “

Las preocupaciones consumen todo el tiempo, que al final se pierde en esos pensamientos, por suerte, el contraste, una resolución, la paz:

“Pero nació otro hermoso pensamiento,
para oponerse a tan cruel poder,
donde el tiempo ya no es tiempo.“

A
l contrario, cuando uno está con la mente en paz, el tiempo deja de parecer amenazante y se vuelve infinito.


3) La culpa enloquecedora (Hercules HWV 60)


Catártica como ninguna, un sano momento de locura para sacarlo todo fuera. Dejanira en éste oratorio altamente operístico, se entera de la muerte de su esposo Hercules a raíz de sus acciones, nacidas de celos sin fundamento; y cae delirante en una tormentosa aria: 




Ya un veterano Händel nos exhibe con maestría todos los recursos a su disposición para introducirnos en la locura como un remolino furioso, con un momento de serenidad, una dolorosa plegaria:


"¡No hay clemencia para los culpables!Ni las más oscuras sombras podrán esconderme.¡Las perversas me devorarán!"


Pero aún si es tentador quedarse en ésta locura, uno puede también contar con la posibilidad de redención.


4. Arrepentimiento sincero (Alcina HWV 34)

Alcina es una de las óperas más conflictuantes de Händel, porque si bien es fácil etiquetar a los villanos y los héroes a primera vista, cada personaje se desarrolla tridimensionalmente y no nos queda más que simpatizar con las “malvadas brujas”. 


Morgana, dejándose llevar por malos instintos, abandona a su amante Oronte por alguien que no era quien parecía ser. Arrepentida, va a excusarse al traicionado Oronte: 



No queda mucho por explicar con el solo del violoncello redoblando las súplicas:


"¡Creed en mi dolor, crueles y queridos ojos!¡De amor lloro por vosotros! ¡Tened piedad!"

5. Un poco de auto-compasión (Rodelinda HWV 19)
Al igual que en Alcina, Rodelinda nos presenta un antagonista fácil de detestar en un principio,hasta que entendemos que fueron sólo las circunstancias que lo llevaron a actuar de manera injusta y cruel. 


Grimoaldo con la presión agobiante de reinar, se lamenta de poder encontrar reposo a sus pensamientos:



No será necesario ser monarca para encontrarse en éste lugar, dónde el deber y las responsabilidades no dejan a uno tranquilo. Grimoaldo podría bien ser un abogado relevante, un cirujano o jefe de alguna empresa exitosa, que envidia la paz con la que un pastor de un pobre rebaño encuentra al dormir plácidamente:


"Yo, de un reino monarca fastuoso,no hallo reposo a la sombra púrpura y de oro."


Un poco de auto-compasión está bien, no todos comprenden las angustias que tenemos mejor que uno mismo, bueno, quizás también Händel...


6: Confortando el tormento (Giulio Cesare HWV 17)


No pienso disimular mi entusiasmo con ésta ópera, que hace más de 5 años se coronó como mi favorita entre todas, y que seguramente voy a sugerir más de una vez la lluvia de arias maravillosas que tiene.


Llega Julio César de naufragar, ya derrotado, sin armas, sin ejercito, se muestra por primera vez vulnerable, y ruega a las suaves brisas que puedan consolarlo:



Todo parece estar perdido, pero en la calma que sigue a la tormenta, soplan vientos más suaves:


"¡Ay, auras, por piedad,dad aliento a mi pecho,
para confortar mi tormento y dolor!"
 Ahora los violines simulan esas brisas más benévolas, que poco a poca calmen la angustia.


7. Ya sin pasiones vanas (il trionfo del tempo e del disinganno HWV 46)


Continuando con el profundo texto del "Triunfo del tiempo y el desengaño", el placer pasajero siguió su curso y victorioso el desengaño, convenció a la belleza que la belleza interna es más duradera. Belleza, ahora profunda y reflexiva, queda finalmente en paz con todos los dilemas que la invadieron, y le queda sólo la gratitud:



Un final perfecto para éste oratorio, también puede ser el último escalón catártico para digerir las angustias. Tomarse un momento reflexivo, dejar atrás pensamientos tormentosos y darse un momento para agradecer, al universo, a Dios, a la música, o simplemente al estar vivo.

"no encontrarás más en mi pechoni un deseo impío, ni una vana pasión."











Händel como terapia # 1



Presentación:

Georg Friedrich Händel fue uno de los compositores más importantes de todos los tiempos. Especialmente conocido por su coro “Hallelujah!” del oratorio “El Mesías”, éste compositor es considerado junto a Bach como el mejor exponente del barroco, sobretodo en la música vocal.


Contando con 42 óperas y 27 oratorios, es fácil darse cuenta que estamos tratando con un experto del tema, uno que por mucho tiempo fue ignorado del Panteón de compositores operísticos. Sin embargo, en las últimas décadas estamos viviendo un renacimiento de la música barroca en general, pero sobretodo re-descubriendo las óperas barrocas. 


¿Qué me hace pensar en el poder terapéutico de las óperas de Händel?


Tuve un largo recorrido con la ópera, desde mis 16 años que empecé a explorarlas, y he llegado a apreciar todos los estilos desde el barroco temprano a óperas contemporáneas. El estilo de Händel, el de la ópera seria, es un estilo pesado para quienes están acostumbrados a la acción continua acompañada por la música orquestal y brillante. Por ejemplo, la Traviata de Verdi me ha servido de anzuelo más efectivamente que ninguna otra ópera para reclutar adeptos… Pero las características de la ópera seria y sobretodo, del poder íntimo y reflexivo de la música de Händel, serán entonces las que más me han servido para una buena catarsis emocional:


1: El tiempo se detiene: La acción en la ópera seria, el desarrollo de la historia, transcurre con los diálogos declamados y acompañados solamente por el clavecín, que son llamados “recitativos”, PERO las canciones en sí, las arias, en casi todos los casos, no forman parte de la acción, sino que son momentos donde uno por uno, los personajes expresan sus sentimientos respecto a la acción. Cada ópera de Händel tiene una media aproximada de 24 arias, y no es fácil sobrellevar una ópera seria entera cuando uno se concentra en el hecho de que será una sucesión de arias que no están haciendo avanzar la historia. El concepto que el tiempo se detiene me ha ayudado a disfrutar más éste estilo de ópera, porque es importante lo que cada uno tiene que decir al respecto, la historia va esperar la pequeña catarsis de cada uno antes de seguir, algo que para nada estaría mal en la vida real.


2: Es personal, íntimo: Quizás la raíz de ésto, es que en la época de Händel, la ópera se centraba en los cantantes. La era de los “castrati”, quizás los cantantes más prodigiosos que hayan existido, que llenaban teatros con su pirotecnia vocal, ha sido una época de excesos, y más de una vez criticada por la frivolidad y la irrelevancia del texto, del drama, como fue más tarde también criticado el “belcanto italiano” por Wagner, o quizás el POP en nuestros tiempos. Pero bajo el genio de Händel, es más bien una oportunidad de explorar la psiquis de los personajes con las obligatorias 7 arias del protagonista, pasando por toda una gama de sentimientos explorados en música, dependiendo cuán traicionados, deprimidos, victoriosos o furiosos se encuentren en determinado momento.


3: Nadie (casi) es en esencia malo: Brujas, hechiceros, intrigantes traicioneros, déspotas y madres manipuladoras desfilan por las óperas de Händel, interpretados casi siempre por los personajes secundarios (con excepciones muy relevantes como Alcina, Tamerlano o Serse). Si bien pasan gran tiempo planeando sus venganzas y expresando su odio eterno a los héroes y damiselas en peligro, están ampliamente humanizados con momentos de reflexión, culpa y remordimiento, haciendo de ellos personajes más tridimensionales e incluso identificables con uno mismo, excepto por Ptolomeo de Giulio Cesare o Garibaldo de Rodelinda, que ellos si, son irremediablemente malos.


4: Errar es humano: Al igual que los antagonistas, los héroes y heroínas son personajes complejos, se equivocan, son injustos, se irritan y hasta enloquecen de celos o de enojo. Parte de la experiencia humana, está bien explorar esos sentimientos también, y ser menos duros con uno mismo.


5: Las arias son extrapolables: La ópera se concentraba en historias fantásticas de épocas caballerescas o en historias mitológicas o históricas, muy lejanas de la vida cotidiana. Pero el hecho que las canciones estén centradas en sentimientos, las hace universales, como bien se demuestra en un documental “A night with Händel”, donde exploran arias de Händel en un Londres moderno, 250 años más tarde, siguen siendo éstas arias efectivas.


6: La emoción del aria está bien focalizada: Si bien escenas complejas como la escritura de la carta de Tatyana en Eugenio Oneguin de Tchaikovsky, o la escena de locura de Lucia de Lammermoor nos introducen en la montaña rusa de sentimientos extraordinaria, quizás una sana exploración de cada sentimiento desglosado esté mejor para una catarsis. Las “arias da capo” de la ópera seria, tenían también la finalidad de explotar las virtudes vocales de los cantantes, con una parte A extensa, una parte B corta y contrastante y luego “da capo”, es decir, repetir la parte A con toda la licencia para modificarla al gusto del intérprete. El texto es corto y se reitera una y otra vez, pero el gancho está en la inventiva con la que el cantante hace variaciones en la repetición de la parte A y en la intensidad de la música.


7. Una serenidad reinante: La música barroca sigue una línea bastante estructurada, teniendo siempre el bajo continuo como una guía armónica y dando la pulsación musical. Además, la orquestación que utiliza Händel no se basa en excesos que son efectivos para óperas más trágicas de Puccini o alcanzan un clímax dramático con Wagner, permitiendo una exploración más elocuentemente sana y serena sin hundirse en lo trágico ni dramático, pero confiando en el criterio del mismo Beethoven que dijo acerca de Händel «Recurre a él para aprender cómo lograr grandes efectos, por medios tan simples ».


8. Sentimientos extensamente representados: Haciendo un poco de matemáticas, si contamos 42 óperas y 27 oratorios (que son básicamente óperas sin la parte actuada) con 24 arias cada uno… tenemos muchas más de 1500 canciones de dónde elegir, estoy seguro que muchas más de una se tratarán de desconsolada tristeza o de venganza, e incluso algunas, como las arias de bravura, hablan figurativamente de una tempestad interna como excusa para explotar la pirotecnia vocal… pero es Händel, siempre se podrán hallar ejemplos sobresalientes para cada uno.


9. Mucho material para explorar: Felizmente estamos viviendo el renacimiento del barroco, ya todas las óperas de Händel han sido grabadas, algunas más de una vez e incluso se encuentran dvds de producciones fácilmente, igual que los oratorios. En nuestra era digital, también tenemos acceso a todos los libretos, casi todos traducidos… Y como mencionado antes, sencillamente uno puede estar seguro que quedan muchas obras por descubrir.


10. Siempre se termina en una buena nota: ¿Útopico? quizás si, pero no está mal para un proceso terapéutico. El “lieto finale”, el final feliz obligatorio ha persistido hasta parte del siguiente siglo, llevando a que muchas producciones de Don Giovanni de Mozart supriman la moraleja final y se queden con la escena del vicioso siendo tragado al infierno para mayor efecto. Pero con las óperas de Händel, nos dejan siempre una redención de aquellos que estaban equivocados y en paz a quienes pasan, para citar un aria, por la puerta del tormento. 


Dicho todo ésto, les invito a acompañarme a explorar esos instantes en que el tiempo se detendrá para poder explorar sentimientos con una catarsis musical a todo pulmón con Händel como terapeuta.