Rameau - el « late-bloomer » esencial
En el mundo
de la música clásica, estamos un poco obsesionados con los niños prodigio, con
historias de Mozart ya compuso una ópera a los 11 años, que Bizet, Rossini y
Bellini tuvieron ya sus primeros éxitos antes de tener 20 años y que los
virtuosos Liszt, Chopin y Paganini aparentemente nacieron con la técnica para
interpretar los instrumentos respectivos… Si bien todos esos logros son
indudablemente admirables, tengo la certeza de que existe un concepto que
necesitamos apreciar aún más en este tiempo, dónde la feroz competencia
profesional y académica nos presiona a no sólo ser los mejores, sino también,
los primeros; el concepto del “late-bloomer”.
Este concepto
es aplicado en primera instancia para describir a las flores de floración tardía:
plantas que desarrollan flores más tarde en el año como una estrategia
biológica de aumentar las probabilidades de ser fecundadas por los insectos que
escasean de alimento, una vez que la gran mayoría de especies de plantas a
completado su proceso de floración, evitando así la competencia. Pero… ¿qué
tienen que ver las flores otoñales con la música clásica?
La
respuesta está en la segunda instancia en la que se usa el término “late-bloomer”,
designado para las personas cuyos talentos y capacidades son exploradas y
reconocidas “más tarde” de lo usual. Pero más que el reconocimiento, que incluso
a veces a llegado solo después de la muerte, como en el caso de Bach, es el
empeño a la exploración de estas habilidades.
Existen
varios ejemplos en la música clásica: Anton Bruckner, uno de los sinfonistas
más importantes del romanticismo, empezó a componer a los 40. Iannis Xenakis
empezó el conservatorio después de los 30 y Leos Janacek compuso óperas a
partir de sus 50 años.
Pero el ejemplo que más ha resonado en mí es
el de Jean Philippe Rameau. Nacido dos años antes que Handel y Bach, apenas
estrenó su primera ópera el mismo año que Bach estrenó su indudable obra
maestra, la misa en Si menor y Handel entrara en el clímax de su carrera
operística con su trigésima primer ópera Orlando. Pero Rameau no entró tímidamente al mundo de
la lírica, sino que triunfó ante un público desconcertado y dejó a Paris en
controversia entre los fanáticos del arte de antiguo de Lully y los defensores
de la originalidad musical de Rameau.
Trio De Parques - Hyppolite et Aricie
La primera ópera, Hyppolite et Aricie,
estrenada poco antes que Rameau cumpla 50 años. Musicalmente audaz e inventiva,
se estrenó dividiendo a los parisinos en 2, los que se resistían a la
modernidad de su música y los que lo alababan. Otro compositor, André Campra dijo
al respecto:
"Hay
suficiente música en esta ópera para hacer otras diez; este hombre nos
eclipsará a todos"
Si bien esta ópera no se ha mantenido fija en
el repertorio, Hyppolite et Aricie puso a Rameau como figura central de la
música francesa y la reputación del complicado “trio de las Parcas” se mantuvo
hasta finales del siglo XX.
Jean Philippe Rameau, ha tenido una vida muy
poco documentada. Se sabe que partió brevemente a Italia a los 18 años, y hasta
sus 40 tuvo una vida de mudanzas constantes, de trabajos de organista en
distintas iglesias, que hubiera sido su principal trabajo hasta que se dedicó
enteramente a la composición. Cabe mencionar que había ya dejado para entonces
libros de tratados de armonía y de piezas para el clavecín, obras que fueron
construyendo su imagen de erudito de la música.
Suite Gavotte Variacion y 6 dobles
Durante los siguientes 7 años, Rameau cosechó éxitos,
tanto con sus tragedias líricas, como con sus óperas ballets. Las tragedias
líricas seguían muy de cerca el estilo operístico propuesto por Lully, 5 actos,
un libreto basado en tragedias clásicas griegas con texto de los poetas más
apreciados por la época.
Castor et Pollux
En cambio, Las ópera-ballet estaban destinadas
a una forma de entretenimiento dedicada a los placeres de la corte de Luis XV,
donde la maquinaria, el baile y la comedia eran la parte central de la representación.
Sin embargo, es fundamental resaltar el valor de Las Indias Galantes, quizás la
ópera más representada de Rameau, como una importante obra artística en el
reconocimiento de las culturas de las “Indias” y el trato respetuoso de sus
pobladores, en contraste a la realidad del siglo XXVII.
Les Indes Galantes- Les Incas de Peroù
Luego de 7 años de silencio, Rameau retomó su
carrera operística, presentando La princesa navarra con un libreto de Voltaire.
Pero fue su ópera cómica Platée la que se ha mantenido más fresca en el repertorio.
La ópera fue compuesta para las celebraciones del Delfín Luis con la princesa
Maria Teresa de España. Se rumorea que el personaje de Platea, es una burla a
la fealdad de la princesa española. La escena más conocida es, sin embargo, la
intervención esporádica de la “locura” que advierte a Platea la burla que va a
sufrir, con una frenética aria.
Platée - Aria de la locura
El enfoque científico y filosófico de Rameau
hacia la música, le llevó a ser muy activo en la vida intelectual de Paris. Hasta
que, con el estreno de una ópera bufa italiana, nuevamente se encontró en medio
de una controversia, la querella de los bufones, entre quienes creían que la
ópera francesa se había quedado aislada de los avances melódicos italianos, y
los que defendían el arte francés como oposición a los dictados de la música italiana.
Ya con más de 70 años, Rameau quedó fiel a sus ideales de música, y no encontró
rival en vida a su dominio de la escena musical parisina.
Les Boréades
Ya al final de su vida, su música estaba
considerada como anticuada, pero conservó el puesto de compositor oficial de la
corte y el prestigio de un genio de creatividad inagotable. Su última ópera, “les
boréades”, la compuso con más de 80 años y no fue estrenada hasta 1982, más de
dos siglos más tarde. Afortunadamente, el redescubrimiento de la música barroca
en los últimos años nos permite conocer a este olvidado genio “late-bloomer”
para recordarnos que más vale es empezar más tarde que nunca.