domingo, 22 de enero de 2017

Händel como terapia # 2






Remordimientos y angustias



1. Pensamientos que atormentan (Agrippina HWV 6)


Agrippina es la ópera que catapultó a Händel al estrellato internacional, con 29 representaciones sucesivas en Venecia cuando se estrenó. El personaje principal mueve cielo y mar para poner a su hijo al trono, aún cuándo todo aparenta ir según su plan, se enfrenta con una angustia terrible, quizás también culpa, por la violencia con la que golpean los instrumentos de cuerda:




Sin importar las motivaciones de Agrippina, es evidente que una angustia profunda acompañada por el oboe la acompaña en este momento, y la naturaleza de sus pensamientos la carcomen, y fuera de si, pide socorro a los cielos.


2) El tiempo voraz (Il trionfo del tempo e del disinganno HWV 46)



Un enfoque más filosófico sobre la verdadera belleza y la banalidad del placer se tratan en el oratorio “El triunfo del tiempo y del desengaño”, que Händel compuso a sus 23 años al inicio de su estadía en Italia. Así que el Tiempo y el Desengaño intentan desenmascarar las intenciones fugaces del Placer. La Belleza, primero vanidosa y enfocada en su apariencia, se da cuenta finalmente que el tiempo no perdona a nadie, creando en ella un conflicto:



El conflicto está representado en el contraste de la parte A del aria, con los violines agitados y el bajo continuo dando cuerda a una fuga incesante acompañan al texto:

“Un pensamiento enemigo de la paz
hizo voraz al voluble Tiempo,
y con alas la guadaña le dio. “

Las preocupaciones consumen todo el tiempo, que al final se pierde en esos pensamientos, por suerte, el contraste, una resolución, la paz:

“Pero nació otro hermoso pensamiento,
para oponerse a tan cruel poder,
donde el tiempo ya no es tiempo.“

A
l contrario, cuando uno está con la mente en paz, el tiempo deja de parecer amenazante y se vuelve infinito.


3) La culpa enloquecedora (Hercules HWV 60)


Catártica como ninguna, un sano momento de locura para sacarlo todo fuera. Dejanira en éste oratorio altamente operístico, se entera de la muerte de su esposo Hercules a raíz de sus acciones, nacidas de celos sin fundamento; y cae delirante en una tormentosa aria: 




Ya un veterano Händel nos exhibe con maestría todos los recursos a su disposición para introducirnos en la locura como un remolino furioso, con un momento de serenidad, una dolorosa plegaria:


"¡No hay clemencia para los culpables!Ni las más oscuras sombras podrán esconderme.¡Las perversas me devorarán!"


Pero aún si es tentador quedarse en ésta locura, uno puede también contar con la posibilidad de redención.


4. Arrepentimiento sincero (Alcina HWV 34)

Alcina es una de las óperas más conflictuantes de Händel, porque si bien es fácil etiquetar a los villanos y los héroes a primera vista, cada personaje se desarrolla tridimensionalmente y no nos queda más que simpatizar con las “malvadas brujas”. 


Morgana, dejándose llevar por malos instintos, abandona a su amante Oronte por alguien que no era quien parecía ser. Arrepentida, va a excusarse al traicionado Oronte: 



No queda mucho por explicar con el solo del violoncello redoblando las súplicas:


"¡Creed en mi dolor, crueles y queridos ojos!¡De amor lloro por vosotros! ¡Tened piedad!"

5. Un poco de auto-compasión (Rodelinda HWV 19)
Al igual que en Alcina, Rodelinda nos presenta un antagonista fácil de detestar en un principio,hasta que entendemos que fueron sólo las circunstancias que lo llevaron a actuar de manera injusta y cruel. 


Grimoaldo con la presión agobiante de reinar, se lamenta de poder encontrar reposo a sus pensamientos:



No será necesario ser monarca para encontrarse en éste lugar, dónde el deber y las responsabilidades no dejan a uno tranquilo. Grimoaldo podría bien ser un abogado relevante, un cirujano o jefe de alguna empresa exitosa, que envidia la paz con la que un pastor de un pobre rebaño encuentra al dormir plácidamente:


"Yo, de un reino monarca fastuoso,no hallo reposo a la sombra púrpura y de oro."


Un poco de auto-compasión está bien, no todos comprenden las angustias que tenemos mejor que uno mismo, bueno, quizás también Händel...


6: Confortando el tormento (Giulio Cesare HWV 17)


No pienso disimular mi entusiasmo con ésta ópera, que hace más de 5 años se coronó como mi favorita entre todas, y que seguramente voy a sugerir más de una vez la lluvia de arias maravillosas que tiene.


Llega Julio César de naufragar, ya derrotado, sin armas, sin ejercito, se muestra por primera vez vulnerable, y ruega a las suaves brisas que puedan consolarlo:



Todo parece estar perdido, pero en la calma que sigue a la tormenta, soplan vientos más suaves:


"¡Ay, auras, por piedad,dad aliento a mi pecho,
para confortar mi tormento y dolor!"
 Ahora los violines simulan esas brisas más benévolas, que poco a poca calmen la angustia.


7. Ya sin pasiones vanas (il trionfo del tempo e del disinganno HWV 46)


Continuando con el profundo texto del "Triunfo del tiempo y el desengaño", el placer pasajero siguió su curso y victorioso el desengaño, convenció a la belleza que la belleza interna es más duradera. Belleza, ahora profunda y reflexiva, queda finalmente en paz con todos los dilemas que la invadieron, y le queda sólo la gratitud:



Un final perfecto para éste oratorio, también puede ser el último escalón catártico para digerir las angustias. Tomarse un momento reflexivo, dejar atrás pensamientos tormentosos y darse un momento para agradecer, al universo, a Dios, a la música, o simplemente al estar vivo.

"no encontrarás más en mi pechoni un deseo impío, ni una vana pasión."











No hay comentarios:

Publicar un comentario