viernes, 27 de enero de 2017

Händel como terapia # 3


Contemplando la naturaleza...

Más allá del hecho de sacar una foto a un lindo paisaje al atardecer con la cámara del celular para compartir en alguna red social, la contemplación de la naturaleza es una actividad profunda y reflexiva, que ha sido incluso uno de los puntos fuertes del pensamiento romántico del siglo XIX, caracterizado por el estado anímico del poeta traducido en los paisajes que describía. 
No pretendo entrar a las profundidades del pensamiento romántico sobre la naturaleza... pero si compartir una frase de F. Schelling que encontré en otro blog (dejo el enlace La naturaleza y el romanticismo para quien quiera explorar más el tema):


"...Aquel a quien la naturaleza se le aparece como algo muerto, en general jamás podrá alcanzar aquel profundo proceso, semejante al químico, gracias al cual, como acrisolado en el fuego, nace el oro puro de la belleza y la verdad."
F. Schelling

Vista de Morochata, Cochabamba (J. Bustamante)

Händel, al igual que otros grandes de su tiempo, fue un pionero en cuanto a la interiorización de la naturaleza como un estado anímico. Vivaldi por ejemplo, había descrito los sonidos de la naturaleza en su eternamente gloriosa obra "Las cuatro estaciones" para gran efecto. Para Händel, la calma del espíritu se encontrará como un riachuelo tranquilo, o con alegres pájaros revoloteando, pero también, la contemplación pura llevará a un proceso reflexivo y concientizador.

1: Preciosa calma (Xerxes HWV 40 & Atalanta HWV 35)

No hay duda que el "largo" de Händel es una de sus más inspiradas y relevantes arias., que antes Cavalli había también utilizado el mismo libreto con muy lograda inspiración. Ni bien comenzada la ópera, encontramos al emperador Xerxes, disfrutando de la calma que sólo halla bajo la sombra de su árbol favorito:


 En la calma inspiradora antes de la tormenta, claramente habla Xerxes sobre el árbol como de si mismo, se ve reflejado en su grandeza, pero también en su vulnerabilidad:
"Que truenos, relámpagos y tempestades
no turben vuestra preciosa calma,

ni os profane el viento del sur."
Xerxes es un personaje irascible y temperamental, que por celos y los usuales malentendidos de la opera seria, condena a muerte a unos cuantos... pero éste árbol simboliza el lado reflexivo y humilde del emperador, que resurge sólo al final de la ópera, para disculparse  de sus acciones.

De manera muy similar, la ópera Atalanta abre con un aria honrando la paz que traen al rey Meleagro sus amados bosques:
Pero a diferencia de Xerxes, éste rey decide disfrazarse de pastor para huir de las presiones del estado, el contraste de su estrés cotidiano, un escape la vida "simple".

2: El canto de los pájaros (Rinaldo HWV & l'allegro, il penseroso e il moderato HWV 55)

La autora Donna León ha dedicado un libro a 12 arias de Händel donde descubre la simbología tras las "bestias" que protagonizan las arias de Händel en "Händel's bestiary". Sin duda es recurrente el uso de éstos como metáforas para distintos estados anímicos, como tigres para determinación y triunfo, mariposas y palomas para amor o la serpiente para venganza, pero aparte del uso metafórico, que espero poder explorar en otra ocasión, encontramos dos momentos de contemplación al canto de los pájaros. El primero en Rinaldo, cuando Almirena espera ansiosa la llegada de su esposo, siente el canto de los pájaros como una promesa de felicidad:
"¡Pájaros cantores, dulces brisas, deliciosos aires en torno a mí, decidme! ¿dónde está mi bien? "
El oratorio "El alegre, el pensativo y el moderado" es un diálogo filosófico que contrasta en sus tres partes las éstas  actitudes  hacia la vida, basándose en poemas de John Milton y Charles Jennens. Narra el pensativo, o mejor dicho el contemplativo, cómo en la melancolía del ocaso, un ave crea una nueva canción cada noche, para el deleite del "pensativo" que es el único que lo busca para conmoverse hasta lo más avanzado de la noche:


3: Albergue de horrores (Cantata Alpestre monte HWV 81)

Las cantantas son básicamente óperas en un acto, pueden intervenir uno, dos o varios personajes, y en general se desarrollan sobre un solo tema. Bach por ejemplo, escribió una cantata acerca de la adicción al café, y junto a sus "pasiones", las cantatas de Bach son lo más cercano a una ópera que llegó a escribir. 

En el caso de "Alpestre monte", es un amante decepcionado que se entrega a los horrores de las fieras en la oscuridad de una selva:


El constante tono dramático y fatalista de toda la cantata es a la vez reflexiva y catártica:


"Se bien que el horror que encierras
es imagen de mi corazón,
es una idea de mi pensamiento,
al igual que en este paradero,
también en mi corazón hay oscuridad,
horripilantes larvas y fieras"
 Un ejemplo claro de una concepción romántica de la naturaleza como reflejo del alma, pero sigamos con ejemplos más optimistas.

4: Reflejantes y corrientes aguas (Susanna HWV 66 & Cantata Olinto Pastore arcade HWV 143)

Susanna es un oratorio dramático, con un controversial tema sobre difamación y adulterio. Trata de dos ancianos lujuriosos que acusan a la leal Susanna de haber engañado a su esposo en su ausencia, en venganza por haber rechazado los avances de estos. En el último momento de paz de Susanna, quién separada de su esposo, se recluye a un riachuelo para disipar sus pensamientos:


Susanna contempla el correr del agua y su frescura, reflejada en el uso de los violines acompañando la melodía calma, que va a contrastar con los eventos que se avecinan. El efecto fluyente de la música está muy bien logrado, que fluyen también las penas con él.
"¿y tú?, mi bien amado,
por quien fluyen mis penares, 
¿cuándo contaré con tu presencia,
para  desvanecer cada aflicción?
"Olinto pastore arcade" es una cantata pastoral, es decir, una obra centrada en la vida campestre, donde ninfas, pastores, dioses y alguno que otro monstruo interactuan. Explorar estas cantatas facilitan el buen humor. El pastor Olinto admira el esplendor del río Tebro, antes de entablarse en un diálogo con el río Tebro:



5: La armonía nocturna (Semele HWV 58 )

Semele es un oratorio con un libreto enteramente representable, por lo que se presenta cómo una ópera, y ha sabida conquistar las salas de concierto con una mezcla fresca y ligera de comedia-trágica e inundada de sensualidad.
Semele es una princesa caprichosa y ensimismada, rasgos que la traicionan eventualmente hasta su ruina. Su hermana Ino, aparece en la ópera como un contraste reflexivo y melancólico de Semele:


"Pero escucha, la esfera celestial gira, y el silencio está ahora ahogadoen un éxtasis de sonido. Mira como de repente, el aire está encantado ¡como si toda armonía estuviese exaltada! Y las almas transportadas,y todo alternara entre el frío y el calor." 
En una deliciosa descripción de una noche de luna llena, Ino devuelve la calma a su hermana quien se le une para clamar una bendición a toda la tierra, que es replicada luego por un coro celestial.

6: La sabia contemplación (Solomon HWV 67 & l'allegro il penseroso e il moderato HWV 55 )

Ahora propongo una pequeña pausa en el viaje musical contemplativo, pero sólo para profundizar más filosóficamente la acción misma de "contemplar" y su finalidad. Incluso para profundizar la "verdadera" contemplación encontré dos ejemplos perfectos en dos oratorios de Händel, aparentemente opuestos en cuanto a visión sobre la "contemplación de la naturaleza" en sí; pero a mi parecer, son dos ideas complementarias, y narradas con sabiduría.

La sabiduría del Rey Salomón es de gran fama, y no es de extrañar que sea uno de los puntos notables de éste oratorio. La obra está repleta de pasajes sobre humildad y la búsqueda de la verdad. En el primer acto, luego de terminarse de construir el famoso Templo, Salomón resuelve en contemplar la grandiosidad de la creación de Dios:

Con mucha humildad, Salomón agradece a Jehová las bendiciones que han permietido la construcción del templo, pero reflexiona luego sobre la maravilla incomparable de la naturaleza.
"¿Qué importa conocer las hierbas y flores
que beben del rocío de la mañana
si no reconozco el poder de Jehová?
¡Vana sería toda mi ciencia!"
La reflexión de la reflexión, también la encontramos en "el alegro, el pensativo y el moderado" con una exploración sobre el gozo, la melancolía y la sabiduría. Pero es sobretodo el moderado, quien llega a validar la sabiduría de un buen equilibrio entre alegría espontánea y contemplación reflexiva a partir de un prevalecer del intelecto, re-formulando un texto escrito por el mismo Shakespeare en su obra "La tempestad", tenemos la declaración concluyente del moderado en forma de un dúo hipnótico:


"Al igual que la mañana roba la oscuridad de la noche,
la verdad disuelve el encanto de los caprichos, 
y victoriosa la razón disipa los humos de la mente,
restaurando al día intelectual."
La contemplación de la naturaleza es un proceso a la vez intelectual y subjetivo: el mismo hecho de comparar la luz del alba disipando la noche oscura con la razón triunfante sobre la ignorancia, denota una comprensión más profunda por parte del poeta sobre los fenómenos naturales, para validar su rol en la vida intelectual. Y por otro lado, el reconocimiento de la perfección y la belleza de la naturaleza como obra "divina" van a servirnos para (re-) caer en cuenta que somos nada más que una parte de ella; y no me refiero necesariamente a "divino" en el sentido creacionista estricto, sino por la inexplicable complejidad de sus procesos, interacciones y formas. Recuperar, en fin, un poco de humildad en nuestro constante orgullo humano de superioridad.

7: la naturaleza perdida (Alcina HWV 34)

Una divertida anécdota acompaña la siguiente aria. El gran solista Carestini se negó a cantar ésta aria poco antes del estreno de Alcina, alegando que no era lo suficientemente exigente para sus capacidades vocales, que llevó a un furioso Handel a aparecerse en la casa del cantante para amenazar con despedirlo añadiendo que sólo "él" sabía mejor que el mismo cantante lo que era lo mejor para su voz. Irónicamente para el cantante, ésta misma canción fue el gran "hit" de la ópera, con el público pidiendo repetidamente que la vuelva a cantar...

Händel hizo bien en no hacer caso a los caprichos de un cantante, pues ésta aria podría convertirse en un himno para quienes profesamos la conservación del medio ambiente. Ruggiero ha roto el hechizo de Alcina, y sabe que su furia será desatada súbitamente. Contempla por última vez la belleza del paisaje:
Una melodía conmovedora, que ha despertado tanta fascinación a los londinenses del siglo XVIII, ojalá pueda seguir conmoviendo a tantos en un mundo donde no damos valor necesario a la naturaleza, en vísperas de tantos desastres ambientales, un llamado a la conciencia, un llamado a la reflexión...
"¡Pronto toda belleza desaparecerá!
 Perderán su color los prados, los bosques,
 y todo en ellos retornará
al horror ancestral


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